sábado, 14 de noviembre de 2009

Polémica sobre anuncios de prostitución, artículo de Hetaira para el periódico Diagonal.


Polémica sobre los aununcios de prostitución

Moralina frente a derechos

Cristina Garaizabal
Periodico Diagonal. Jueves 29 de octubre de 2009. Número 112
La prohibición de los anuncios de prostitución en los medios de comunicación parece que se ha convertido en los últimos tiempos en el instrumento principal de lucha contra las mafias de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Teniendo en cuenta que ejercer la prostitución no es un delito ni una actividad ilegal, cabe preguntarse qué tienen de malo estos anuncios para convertirse en centro de la polémica sobre la prostitución.

Desde nuestro punto de vista, los anuncios de prostitución, al igual que los anuncios de otro tipo de servicios, no tienen nada malo. Por el contrario, y según nos consta por nuestra experiencia, son un buen instrumento para la captación de clientela de todas aquellas trabajadoras sexuales que, trabajando libremente y de manera autónoma, no quieren exponerse a hacerlo en lugares públicos. Su prohibición implicaría obligarlas a lanzarse a la calle a buscar clientela o a refugiarse en los clubes, donde tendrían que someterse a las imposiciones de los empresarios, ya que no existe una regulación de estas relaciones laborales, provocando ese vacío legal que las trabajadoras no tengan ningún derecho reconocido ni ningún instrumento legal para defenderse de los abusos y la explotación laboral que hoy se da en muchos de ellos.

Se argumenta que esta prohibición ayudaría en la lucha contra las mafias de la prostitución forzada, pero, seamos serios, ¿cuándo se ha visto que una actividad ilegal se publicite?, ¿realmente pensamos que la mayoría de las que se anuncian son víctimas de trata? Nuestra experiencia nos dice que no es así. La trata es un grave delito que al estar penalizado se mueve en la ilegalidad y la semi clandestinidad. Si estuviera realmente tan publicitado no habría muchos problemas para acabar con ella, pero al no ser así su prohibición no sirve para nada en la lucha contra la trata.

La lucha contra la trata se debe llevar por otros caminos y son necesarios otros medios, como los que ya se contemplan en el Plan Nacional contra la Trata aprobado por el Gobierno. No se puede responsabilizar a los medios de comunicación del control de lo que existe detrás de lo que se anuncia. Si así fuera, hagámoslo extensible a todos los anuncios, y especialmente a aquéllos de marcas de tejanos o zapatillas que han sido denunciados por fabricar sus productos en el


sudeste asiático con niños obligados realmente a trabajar en régimen de esclavitud. Esas denuncias están comprobadas. La de que en los anuncios de prostitución la mayoría son forzadas no deja de ser una especulación, ya que no existen cifras que lo demuestren, tal y como dejó patente la Comisión mixta Congreso-Senado para el Estudio de la Prostitución en sus conclusiones de abril del 2007.


Dejémonos de moralinas y diferenciemos la trata con fines de explotación sexual de la prostitución voluntaria. Ante la primera, protección de las víctimas y firmeza en la persecución del delito. Ante la prostitución voluntaria, reconocimiento de que es una actividad legítima y derechos para las trabajadoras, incluido el de publicitar sus servicios.

1 comentario:

  1. De asturiano:

    Aunque tengo que estar de acuerdo con la coherencia y la lógica de esta crítica que Cristina Garaizábal realiza a discurso del abolicionismo normativo sobre la prostitución, en la línea de defender y proteger al colectivo del que es portavoz; también es cierto que se hace aquí omisión de lo no dicho (una vez más). ¿Por qué los periódicos de corte 'generalista' han de publicitar anuncios de sexo de pago, contribuyendo de alguna manera a promocionar su consumo entre algunos varones jóvenes, potenciales clientes?
    Es que es muy fácil recoger esta crítica en un periódico como Diagonal, un diario de información crítica realizado por gente joven -hombres y mujeres- de familias de izquierdas, cuyas socializaciones y educación en lo que respecta a las relaciones hombre-mujer ha sido seguramente bastante adecuada e igualitaria. Seguramente la gran mayoría de los varones que participan en la elaboración de Diagonal nunca acudirán a una 'prostituta' aunque se topen con la sección de 'Contactos' de cualquier diario de información, debido simplemente a "una cuestión de principios y convicciones". Sin duda, tales varones no piensan que hay otros hombres jóvenes igual que ellos que no han tenido tanta suerte por haber crecido en familias burguesas, y que, en nuestra sociedad actual, son carne de prostitución (como clientes).

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Lo que nos interesa en este blog son testimonios de las prostitutas y de todas las personas que amen a las prostitutas en especial sus hijos, sus familiares, algunos clientes, sus maridos y sus amantes.