Ellos se comen una y cuentan veinte. Ellas son más discretas que fieles.
Todos se mienten y todos se sienten felices mientras no sepan la verdad.
Ojos que no ven...cuerpo en brazos ajenos a los de tu pareja.
Es curioso que sigamos unos patrones en pleno siglo XXI, que se alejan tanto de nuestra esencia como seres humanos. Ser fieles no debería ser una obligación, si no una opción.
Aunque, ¿qué es en realidad ser fiel?
¿Acaso no son fieles las parejas que practican sexo libre? ¿Las que hacen uso de los juegos de intercambio de parejas? ¿Aquellas que, son cómplices de los juegos sexuales de su media naranja, aunque no participen activamente de ellos? ¿Eso sería ser infiel?
Definitivamente NO.
Pero si uno de los dos miembros de la pareja, rompe la baraja en lo que al sexo se refiere y decide, de manera unilateral, no tener más sexo con la otra parte¿qué se supone que debe hacer el renegado sexual? Debe aceptar sin remisión el papel de célibe obligado? ¿Debe dedicar el resto de su vida al onanismo sexual? ¿Ese tipo de fidelidad debe ser aceptada y acatada si rechistar?
Definitivamente NO.
Entramos en el terreno más conocido por las profesionales del sexo de pago. El cliente fijo.
Ése que acude a nosotras, las putas, cada semana, cada quincena o en su visita mensual.
Somos esas personas que suplimos aquello que las esposas ya no desean darles a su maridos.
Y bajo esas condiciones, nos llegan unos hombres que, en algunos casos, llevan más de diez años sin tener sexo con nadie porque, sus mujeres les huyeron una vez, les rehuyeron dos y a partir de ahí, ya nunca más se acercaron a ellas. Porque, su sensación es la de ser unos acosadores y nada más lejos de su intención que, acosar a quienes aman.
Los años convierten a algunas parejas en amigos íntimos que no gozan de intimidad.
Comparten casa, cama en las ocasiones que no hay más habitaciones disponibles, comparten cuentas corrientes, propiedades y a sus hijos por encima de todo.
Los más conservadores todavía se resisten a pasar por algo tan vulgar como un divorcio.
Y los menos favorecidos, las más de las veces, no lo pueden pagar.
Buscarse una amante es lo que la gente de la calle, cree que suele suceder.
Pero y cito a estos cientos de clientes que he podido escuchar y leer a lo largo de estos años
-Las amantes acaban por crear problemas. La marinera, tarde o temprano, desea convertirse en capitana-.
Es posible que así sea. Porque, es difícil separar sexo del amor, dos conceptos que, sobre todo a las féminas nos han inculcado que deben ir unidos.
Y con el amor, con los sentimientos ajenos no debe jugarse. Hay gente que lo hace y se beneficia del amor que alguien le da de buena fé, pero en ningún caso se molesta en corresponder a ese amor y el recibido, sólo sirve para saciar su necesidad de sexo-afecto.
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